Libre pensamiento

Aunque supiera que el mundo se desintegrara mañana, igual plantaría mi manzano. Martin Luther King -Balas -Miedo -Minas +Valor +Pensamiento +Reacción

Monday, May 08, 2006

Respaldo a Carlos Gaviria Diaz

¡Marihuaneros a la cárcel!

Lo que ha bajado el consumo del cigarrillo no es la prohibición sino decenios de información precisa sobre lo dañino que puede ser el tabaco para la salud
Por Héctor Abad Faciolince

Dice el senador uribista Carlos Moreno de Caro que los mamertos (léase comunistas) al legalizar la dosis personal de marihuana y cocaína, están envenenando a la juventud colombiana. Como está a punto de quedarse sin puesto (no fue reelegido), le está 'lambiendo' de rodillas a su jefe político a ver si en agosto le da alguna chanfaina. Pero se equivoca en los términos del lambetazo: si de algo carecen los comunistas es de una política libertaria en materia de consumo personal de drogas: están prohibidas en China, en Cuba y en Corea del Norte, como lo estuvieron en la Unión Soviética y en los países de Europa Oriental. A Moreno de Caro, como al gobierno, le cuesta admitir que la despenalización del consumo de drogas es una política liberal que no tiene nada que ver con los mamertos, los cuales al respecto son tan moralistas como cualquier cura de pueblo.Al fin, esta semana, han aparecido algunos puntos concretos de debate entre el candidato-Presidente de la derecha, Uribe, y el candidato de la izquierda, Carlos Gaviria. Es bueno que los ciudadanos no decidan por la imagen ni por las furias, sino por propuestas precisas. El Presidente quitó horas extras, horas nocturnas y recargos por festivos a los trabajadores, es decir, bajó los sueldos. El Presidente no les pone impuestos a las tierras ni al ganado de los hacendados. El candidato de la izquierda propone desmontar esa parte de la reforma laboral y aumentar los impuestos prediales a los terratenientes. El ciudadano decide entre ambas propuestas.Las tesis que defiende Carlos Gaviria en el plano de las decisiones individuales son, quizá, las más impopulares: está a favor de la despenalización del aborto y del consumo personal de drogas. Puede que pierda votos al decirlo, pero él no está haciendo la campaña como suelen hacerla los políticos: adaptando el discurso a lo que se supone que la gente prefiere. Gaviria está recorriendo el país como lo que siempre ha sido, como un profesor, y concibe su campaña como un ejercicio pedagógico: explica claramente por qué defiende esas tesis. Y con sus argumentos mesurados, convence a las personas de mente abierta.

El gobierno también está haciendo lo propio: destapa sus cartas. Es sano que se opongan tesis y no proclamas e insultos. Sobre la dosis personal, Uribe ha dado orden a sus ministros de que le echen una manito; no puede ser casual que acaben de revelar con mucha bulla las cifras sobre aumento del consumo de drogas entre los jóvenes colombianos. Lo raro es que no hayan dicho que también ha aumentado el consumo de alcohol entre los mismos. Y también es curioso que hayan deslizado subrepticiamente un razonamiento fácil: el consumo ha aumentado a causa de la despenalización. No niego que ahí puede estar uno de los motivos. Pero también aumenta el consumo en los países similares al nuestro donde la dosis personal está prohibida. Si quieren un país de jóvenes impolutos por la droga maldita, habría que instaurar un régimen de represión total y de control policivo absoluto: Corea del Norte o Arabia Saudita serían los modelos. ¿Es eso lo que queremos?Tengo dos hijos adolescentes y en relación con esas tres drogas interesantes que pueden llegar a ser peligrosas (alcohol, cocaína y marihuana), lo que yo les digo es que las prueben si quieren. Pero que tengan conciencia de sus riesgos y de los daños a los que se exponen al consumirlas. Sé que viven en un ambiente (aquí, donde está despenalizado su consumo, como en los países donde está prohibido) donde esas tentaciones existen. Y negar la posibilidad de que las prueben es ridículo y mucho más dañino que enfrentar francamente el problema y darles información precisa sobre sus posibles efectos. Lo mismo ha pasado con el cigarrillo: no es la prohibición lo que ha bajado su consumo, sino decenios de información precisa sobre lo dañino que puede ser el tabaco para la salud. Consumen más drogas los hijos de padres fanáticos prohibicionistas.Lo que me parecería nefasto sería que por decisión de este gobierno, el día que a mis hijos les diera por probar la marihuana, estuvieran también expuestos a que los metieran en la cárcel como si fueran ladrones. O que tuvieran que sobornar policías, que en últimas es siempre lo que pasa. Esas medidas represivas (las que propone reinstaurar el candidato-Presidente Uribe) son las que me parecen más detestables. Y si por ellas fuera, estoy seguro de que más de la mitad de la población colombiana tendría que haber probado ya la picota, empezando por casi todo el consejo de ministros y la mitad más uno del Senado de la República, sin excluir, tal vez, al senador Moreno de Caro. Somos un país de hipócritas, y al respecto pasa lo mismo con Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas del mundo. Si no les dijera a mis hijos que las prueben si quieren, yo, que en la juventud probé también esas drogas (las probé unas 48 veces, como dice un primo mío), me sentiría tan hipócrita como un ministro, un senador o un gringo.

2 Comments:

Blogger Una calaca said...

Un liberal
Gaviria es un liberal. Sus sentencias en temas como el delito político, el honor militar, la eutanasia, muestran una impecable coherencia de respeto por el derecho y la libertad
Por Antonio Caballero

Dice la mamá de un amigo mío que en Colombia hay muchos liberales que son godos, pero no hay ningún godo que sea liberal. Tiene razón. Y es más: los liberales que hay también son godos. Es el caso, para poner un solo ejemplo, del actual presidente Álvaro Uribe, que se proclamó liberal por interés, pero no por convicción, mientras pudo sacarle ventajas al adjetivo; y en cuanto éste dejó de convenirle lo abandonó como una serpiente abandona su piel usada, y mostró su sustancia de godo.

Uso el término "godo" en el sentido sociopolítico que tiene en Colombia como derivación del mote despectivo que les daban los criollos a los españoles en tiempos de las guerras de Independencia: el de enemigo de la libertad y partidario de la fuerza. Godo no es sinónimo de conservador: aquí no ha habido ninguno, como lo prueba de sobra el hecho de que nada haya sido conservado. Porque el godo colombiano no conserva, sino que destruye. La palabra no describe una ideología sino un carácter, un talante, para usar la definición de un godo célebre que tuvimos: un mal talante, un mal carácter. El talante y el carácter que predominan en todo el país, independientemente de la adscripción partidista: entre los liberales, entre los conservadores, entre los mamertos. Nada hay más godo que un mamerto colombiano: recuerden a Gilberto Vieira.

Se cuenta una anécdota -no sé si verdadera pero perfectamente ben trovata- del 'Mono Jojoy' de las Farc durante las charlas estériles de la Zona de Despeje. Se impacientó y le dijo a Juan Gabriel Uribe, el director de El Nuevo Siglo: "Mejor hablemos usted y yo solos, doctor Uribe, que entre godos nos entendemos". Pero no es Jojoy el único guerrillero godo, por ser de origen conservador-chulavita; también los es 'Tirofijo', de origen chusmero-liberal; y lo era Jacobo Arenas: un cachiporro de raca mandaca, arrevolverado como lo suelen ser en Santander. Y lo mismo sucede entre los militares, entre los obispos, entre los paramilitares. Todo el mundo es godo en Colombia. Fíjense ustedes en el variado abanico de candidatos presidenciales. ¿Álvaro Uribe? Godo. ¿Antanas Mockus? Godo. ¿Horacio Serpa? Godo. ¿Enrique Parejo? Godo. ¿Carlos Rincón? Godo. ¿Carlos Gaviria?

No. Carlos Gaviria es liberal.

Eso no puede ser. Porque así como el godo es algo que no existe sino en Colombia, el liberal es algo que aquí nunca ha existido. El liberal en el sentido filosófico del término, que ilumina y nutre su sentido político: el que considera que su propia razón no es la única válida ni la única posible, el tolerante, el abierto, el partidario de la libertad, tanto de la propia como de la ajena, y de la justicia, para todos y para cada uno. En Colombia ha habido liberales doctrinarios, liberales dogmáticos, liberales partidistas, liberales sectarios: o sea, gente que tiene un talante exactamente contrario al liberal, que es el de Kant, el de Voltaire, el de la Ilustración. Por eso insisto: en Colombia ha habido godos. Pero liberales no.

Exagero. Yo mismo he conocido en el curso de mi vida tres colombianos que eran auténticamente, sustantivamente liberales. Diego Montaña Cuéllar, que era un comunista a quien los godos denunciaban como anarquista. Gerardo Molina, que era un socialista a quien los godos llamaban comunista. Y Alfredo Vázquez Carrizosa, a quien los godos tildaban de izquierdista pero que era un conservador, y, como tal, la única excepción a la regla formulada por la mamá de mi amigo.

Y ahora Carlos Gaviria. Es un liberal, y lo godos lo tachan de liberal para descalificarlo como candidato de la izquierda: como si la idea de libertad no fuera el fundamento y la raíz de todo pensamiento de izquierda. Hace algunos años se publicó una recopilación de sus más importantes sentencias (y salvamentos de voto) como magistrado de la Corte Constitucional, bajo el título revelador de Herejías constitucionales. Son, en efecto, no en la teoría pero sí en la práctica constitucional colombiana, obra de hereje. En temas tan variados como el delito político, la eutanasia, el honor militar, la libertad de opinión, el debido proceso, el incesto o la violencia en los programas de televisión, el pensamiento de Gaviria es de una impecable coherencia, que va hilada por el respeto por el derecho y la defensa de la libertad.

Entiendo que a los godos no les parezca un buen programa de campaña electoral.

12:58 PM  
Blogger Una calaca said...

Declaración del Partido Comunista Colombiano
¿Comunismo disfrazado o anticomunismo descarado?

Alvaro Uribe Velez afirma que el país debe escoger entre la seguridad democrática y el “comunismo disfrazado”. Con esta frase destapa el fondo macartista de su campaña de reelección que ya se había mostrado en un audiovisual propagandístico, pretendidamente testimonial, contra la Unión Patriótica, cuyo contenido intenta justificar el genocidio contra la izquierda colombiana. Uribe reafirma una polarización maniquea centrada en la bondad exclusiva de su política guerrerista y represiva, donde las realizaciones sociales están totalmente ausentes.
El propósito del nuevo giro del reeleccionismo es mostrar al candidato presidencial del PDA, Doctor Carlos Gaviria Díaz, como vehículo de entrega del país a las FARC. Pone en evidencia la debilidad de AUV frente a los argumentos del vocero de la unidad de la izquierda, y la gran simpatía que despierta entre quienes aspiran a un cambio verdadero para superar la actual crisis social y alcanzar una paz justa, democrática y con soberanía.
Los epígonos del uribismo aportan como prueba reina del comunismo disfrazado la presencia del Partido Comunista en la unidad, como si se tratara de una cuña agazapada para pasar inadvertido. Y reclaman un pronunciamiento inmediato de Carlos Gaviria en condena de la lucha armada y el terrorismo como única y creíble certificación de pureza y moderación.
El Partido Comunista Colombiano ha sido un factor de la unidad de la izquierda y ello no constituye un secreto para nadie. La promovió de manera abierta su congreso más reciente, en junio de 2005. Ha sido la razón de ser de su presencia en el Frente Social y Político, en la coalición Alternativa Democrática y en el acuerdo de fuerzas que integra el Polo Democrático Alternativo. Ha levantado de banderas unitarias la lucha conjunta por un gobierno verdaderamente democrático que rompa con la inequidad del modelo neoliberal, que restablezca el cabal ejercicio de las libertades y derechos para todos y todas, en todo el territorio del Estado, y que se comprometa con una solución política, a través del diálogo y la negociación con quienes se han rebelado contra el sistema dominante, como la vía para poner término al conflicto histórico y a la escalada de represión, terrorismo de Estado e intervencionismo militar estadounidense.
La campaña Carlos Gaviria presidente propone adelantar desde el gobierno democrático una política de paz de Estado y trabajar por un acuerdo nacional a través de una vía de diálogo y negociación, diferente de la fracasada seguridad democrática que se sustenta en el Plan Colombia, el Plan Patriota y la represión. Solo en la práctica consecuente se demuestra una verdad. La paz democrática será obra del cambio político, de las reformas y soluciones a los graves desequilibrios sociales, y no de las simples condenas formales a la violencia por fuera de su contexto histórico real.
Al ignorar, tergiversar y presentar estas propuestas como la “entrega de la patria a las FARC”, AUV utiliza su investidura de jefe del Estado para afirmar una mentira y conducir mediante tal a muchos electores, impresionados por la autoridad presidencial, a votar por él el 28 de mayo.
Algo más. No existen garantías para las campañas distintas a la oficial. Varios candidatos han sacado a sus familiares del país. El crimen execrable de Liliana Gaviria y la extraña muerte de Jaime Gómez señalan un ambiente de provocación en el que cualquier cosa puede pasar, con tal que justifique la reelección de Uribe. Las hipótesis de los organismos policiales son tan inconsistentes como los anuncios de supuestos complots que se preparan en las Universidades, en algunas de las cuales el presidente-candidato ha arremetido, fuera de control, contra estudiantes y asistentes. Al menos 10 integrantes del PDA y de sus componentes de izquierda han sido asesinados en las últimas 4 semanas. Decenas han sido encarcelados en redadas y allanamientos. Se están reactivando procesos judiciales de signo político en medio de la campaña electoral.
Al mismo tiempo que llamamos a un frente común por las garantías, con todas las fuerzas que se oponen a la reelección y al continuismo del actual modelo de injusticia e iniquidad, reclamamos de la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo actuar para hacer valer la igualdad de derechos proclamada por la Constitución. La campaña electoral del jefe del Estado viola la democracia al recurrir a métodos inescrupulosos que ponen en la picota a sus adversarios y lo eximen de argumentar ideas y razones.
El Partido Comunista Colombiano, unido a la Unión Patriótica, hace un llamado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA a tomar nota de esta situación, en la que se han perdido los perfiles de un arreglo amistoso en busca de la verdad, justicia y reparación, y los procesos contra el Estado colombiano por genocidio político simplemente deben continuar su curso. Dicha Comisión tiene en sus manos hacer valer las medidas de protección cautelar que obligan al Estado.
Tan falsa como la metáfora del basilisco que inventó medio siglo atrás Laureano Gómez, representada en un monstruo de cuerpo gigantesco, que asimilaba al partido liberal de entonces, pero que actuaba dirigido por una “diminuta cabeza comunista”, es la tesis de Uribe del “comunismo disfrazado”. Laureano justificaba en el macartismo la violencia contra los opositores, como lo hace ahora AUV contra la izquierda y los comunistas. Es inaceptable este salto atrás.

10:56 AM  

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