Libre pensamiento

Aunque supiera que el mundo se desintegrara mañana, igual plantaría mi manzano. Martin Luther King -Balas -Miedo -Minas +Valor +Pensamiento +Reacción

Wednesday, April 12, 2006

Amigos colombianos en el extranjero

People:

No quería dejar pasar el primer fin de semana en la ciudad de Copenhague sin dejar de compartir algunas reflexiones con ustedes, acerca de lo que está pasando.

Esta ciudad (y me atrevería a generalizar, diciendo “esta sociedad”) se moja en la opulencia. Desde que uno llega, el aeropuerto es cochinamente lujoso. Sala de descanso, gimnasio, pisos en mármol taxis mercedes benz entre otras cosas lo distinguen de otros, como nuestro querido El Dorado… Cuando pasé por ahí, como buen colombiano, evasivo de la norma y de las instituciones, pensé que robándome la manta que a uno le suministran en el avión para el viaje, podía pasar unas plácidas noches en la ciudad, gastando lo mínimo sólo fingiendo ser un “viajero frecuente”. (Como el personaje de Tom Hanks en “La Terminal”, sólo que como buen latino tercermundista en mi caso me motiva el dolo y la intencionalidad.).

Por otra parte, en lo poco que conozco (de la casa al colegio y del colegio a la casa) esta ciudad parece ser el orgasmo de Peñalosa y su gente en materia de política urbana. En todas las principales vías existen ciclorrutas y en los sitios de alta afluencia de público hay sendos parqueaderos para las ciclas. Claro, acá la gente generalmente NO LE PONE SEGURO A LAS CICLAS, no señores (salvo casos excepcionales o de noche). Hay rutas de bus (similares a los alimentadores de transmitiesto y con un sospechoso parecido hasta en la carrocería) y todas llegan a las estaciones de metro. Las diferencias con Bogotá saltan a la vista: primero acá la gente monta en cicla de Turismero (que tu canasta adelante y que tu parrilla atrás, que tu guardabarro en las ruedas, etc); segundo uno puede subirse al “alimentador” en cualquier paradero y bajarse en cualquier paradero (no como en Bogotá en donde los choferes emiten toda clase de improperios contra aquellos “gotereros” que se bajan antes de llegar a las estaciones troncales de transmilenio); tercero, nadie toma la bicicleta ajena; cuarto, los niños, los estudiantes y los ancianos toman gratis el servicio; quinto, la gente hace fila para subirse al bus (no como en Bogotá donde nosotros, mutantes salidos del mas salvaje de los mandriles, podemos colgar de las barandas saltando desde el andén, en menos de 2 segundos y llevándonos a los demás mutantes/usuarios por delante) y una gran cantidad de etcéteras. Como buen colombiano, de nuevo, esta mañana se me ocurrió que uno podría pasar la vida por esta ciudad tomando las ciclas de otros, dejándolas en cualquier parte, mostrando el carnet estudiantil en todas partes para obtener precios bajos o servicios gratis y gastando lo poco que se tiene en cerveza y mujeres.

Siguiendo con el tema urbano, es sorprendente el centro de esta ciudad (donde se encuentra la U de Copenhague). Esa zona es prácticamente peatonal en su totalidad. Pueden verse hordas enteras de gente caminando, conversando y descansando al aire libre. Dada la considerable cantidad de extranjeros, uno va por la calle y logra escuchar conversaciones en danés, inglés, francés, alguna clase de chino/japonés y algo de turco/árabe. Obviamente, mientras yo voy escuchando eso, voy pensando en español. Las diferencias con nuestra adorada y nunca bien ponderada capital vuelven a ser lapidarias: pocos vendedores “informales” que no tienen que estar vociferando, como jabalíes en cautiverio, lo que venden (ya que notan que los peatones pueden ver lo que venden y leen los precios de sus productos… si a alguien le interesa algo, pues pregunta); algunos cafés (di tú OMA) venden libros y DVD`s y los ponen en plena calle… sin vigilancia ni nada… sin alarmas ni códigos de barras… despensas enteras llenas con los precios anunciados en cartulina y ya…(de nuevo ese espíritu emprendedor colombiano me llevó a pensar que podía llevarme –gratis e ilícitamente- la colección de las “Guerras Clónicas” de Star Wars, la trilogía completa de “The Lord of the Rings” y la del Padrino, sólo por este fin de semana. El siguiente me llevaría toda la saga de Star Wars y así sucesivamente. Mi bandolerismo mental terminaría cuando me dí cuenta que estos mismos productos se prestan en la biblioteca pública y gratis, desde donde, justamente, estoy enviando mis correos, obviamente, usando el Internet GRATIS); finalmente acá hay unos corredores de agua y alamedas similares a nuestro querido “Eje Ambiental” de la Avenida Jiménez, sólo que de verdad son ambientales: no hay basuras flotando como anémonas en el agua y reptando en las calles, no existe ese entrañable olor a trópico amoniacal con fritura de cuero marrano al aire libre, cisnes y otras especies conviven en paz con estos preclaros daneses, y hace un frío ilimitadamente endemoniado que sacaría corriendo al comando de boyacos de las FARC que operaba y pasaba la vida en el mismísimo nevado del Cocuy. No sé porqué sospecho que tanto Mockus como Peñalosa, o tienen un cortesano que estuvo aquí o ellos mismos vinieron. Claro, lo que estos adalides parecen no haber notado (dadas su pretensiones políticas) es que lo que explica este nivel de desarrollo y convivencia es la intrincada red de relaciones sociales que subyacen un “Contrato Social” que se vive en la cotidianidad, y no la excesiva atención a los discursos, vallas, impuestos, puestos, formas de contratación, leyes, proyectos, programas, megaproyectos, normas, la cinta de Mobious, lo que queremos, lo que soñamos, así como las endémicas reformas legislativas que nuestro honorable congreso gestiona.

Para finalizar (y no aburrirlos más) es notable la colonia de Turcos convertidos al Islam o musulmanes, o ambos. Como en la excelente película que se exhibió el año pasado “Contra la Pared”, estos seres parecen sacados de la cueva que figura en el cuento de Ali Baba y los 40 ladrones. Los hombres se las han ingeniado para usar turbantes en material térmico y de diferentes colores (sin violar alguna de las normas que seguramente Mahoma tal vez dispuso al escribir el Corán, pensando en que alguna vez algún musulmán viviría en un país nórdico); las mujeres usan sus acostumbradas mantas con innovadores materiales, más para protegerse del frío que para cumplir con el estricto código que pesa sobre ellas; se concentran en un sector de la ciudad que es fácilmente distinguible por las megatiendas con nombres como Al-sarzab, Shawarma-Qir o Al-jalhir; sobresale un extraño gusto por ciertos colores donde podemos ver gigantescas casas similares a las de los nuestros adorados barrios “Palermo” o Teusaquillo” sólo que éstas están pintadas de verde y naranja con grafittis en negro, diciendo quién sabe qué carajos ya que están escritos, tal vez, en árabe… en fin… como Miami en USA… sólo que en lugar de latinos, tenemos a los nunca bien ponderados musulmanes. Igual que nosotros, estos señores han desarrollado ese indescifrable placer que se siente al botar la basura en cualquier parte a cualquier hora y de cualquier cosa… desde una cáscara de naranja hasta un periódico. La estética visual del lugar, de verdad, hace contraste y se diferencia (sobretodo frente su indiscutible creatividad en las comidas: son las más baratas de la ciudad, son muy buenas y bien sazonadas).

Bueno mis queridos y queridas… eso es todo lo que por ahora tengo que decirles sobre este pintoresco lugar. Espero haberlos entretenido en uno de esos ratos de deserte y desocupe que todos tal vez tienen en sus horarios, o bien espero haberles brindado una alternativa simultánea al MSN, o bien haber dibujado en ustedes así sea una despectiva sonrisa motivada en estos hechos y lugares. Acabo de salir de mi primera clase de econometria y parece que se ha dado inicio al verdadero parto (con dolor).

Best regards,

Camilo A Cetina F
camilocetina2@yahoo.es

2 Comments:

Blogger Una calaca said...

People:

Luego de casi dos meses en estas tierras quiero compartirles las novatadas y advertirles, a aquellos “incautos” que quieren salir del país que hay que estar un poquito inconsciente para tomar semejante decisión y que se debe estar muy (pero muy) seguro de qué es lo que uno quiere al salir, qué está dispuesto a hacer por lo que quiere y qué está dispuesto a soportar. Como sabiamente me dijo mi amigo Juan Manuel comentándome su experiencia en Londres: “por más que se acostumbre a las cosas fuera del país y por más recorrido que usted sea, usted siempre será extranjero fuera de Colombia”. Todos mis amigos que han salido cuentan sus historias y las “verdades” detrás de las historias. Como todo en la vida, esto es subjetivo, personal y arbitrario. Ah! Y como ya lo ha ilustrado la teoría del caos: la temperatura de un cuerpo –di tú una cerveza bien fría– no es más que un promedio de lo que sucede allí… contabiliza moléculas calientes y otras casi congeladas, hasta el cero absoluto (-273°C)… estas impresiones son como eso…una insignificante muestra de todo un universo –finito- de posibilidades) Aquí van algunas:

1.) La soledad no es como la pintan. Es muchísimo peor, elevado al cuadrado y apenas tendrán un idea de eso. Sobretodo cuando recién usted llega a acomodarse. Y no porque falte otro ser humano al lado… es porque lo que nos hace un poquito diferentes de los animales es la comunicación. ¿Con quién vas a desayunar, almorzar y comer los primeros días? R/ Solo. ¿Con quién hablas la mayor parte del día? R/ No Aplica porque hablas solo (así sea mentalmente) ¿Con quién sales a tomar el bus o el metro? R/Solo En fin… al principio las habilidades comunicativas, en lugar de aplicarse, se atrofian.
2.) Comunicación que acá es bien difícil. Este país funciona en Danés y eso hace super-crítica la vida acá. He comprado leche de soya creyendo que era leche de vaca, aderezo agrio para las ensaladas creyendo que era mayonesa, vinagre de vino creyendo que era vino de cocina y he comido no sé qué carne (y prefiero quedarme sin saberlo) creyendo que era pollo. En fin... la cosa no es nada, pero nada fácil. Eso sin contar las grandes distancias que tuve que recorrer a pie cuando no tenía ni idea de cómo funcionaba el metro, el S-train, los buses y el resto del transporte público (cuyos horarios y rutas aparecen día por día y hora por hora consignados en los mismos paraderos, pero… ¿alguien sabe como se dicen los días de la semana en danés y cómo se dice verano / otoño / invierno / primavera en danés?… R/sólo los daneses y los musulmanes que llevan décadas acá).
3.) Desarrollo no implica buenas costumbres (o buenas maneras). Un taxista me cobró 20 coronas más (1 corona=370 pesos) sólo por ayudarme a subir mi pesadísimo equipaje a un segundo piso donde conseguí en arriendo la habitación en donde actualmente vivo... los vicios y las virtudes de la clase transportadora danesa parecen los mismos a los que nos acostumbró la bogotana. Claro… como no hay ascensor y se trataba de llevar las cosas lo mas rápido posible pues no tuve mas remedio… así llegué a donde vivo.
4.) Vivo en uno de esos distritos con un indescifrable nombre (Frederiksberg) que a mi parecer puede ser el nombre o apellido de alguien (hey!! Frederiksberg!! ¿estás ahí?), o el apodo de algún legendario héroe vikingo que quiso desertar de este frío tan hpta y lo mataron por querer salir de acá (pobre Frederiksberg...), o bien una comida o una marca de cerveza (hey!!! dame una Frederiksberg!!)... o una prenda de vestir (ponte el Frederiksberg que está haciendo frío allá afuera) o qué sé yo.... El caso es que, al llegar, la búsqueda de domicilio se vuelve más indispensable que una urgencia estomacal luego de comer fríjoles con pezuña acompañados de un buen jugo de guayaba en leche. La cosa es así porque sin domicilio usted no tiene un numero de seguridad social… y sin eso usted no tiene nada… ni puede acceder al carnet para usar el transporte publico, ni al servicio de salud, ni a la biblioteca ni puede inscribirse para tomar un curso de danés que lo salve de usted mismo en el supermercado o en los buses.
5.) Esto es para mis amigos hombres: Copenhague es como cualquier ciudad capital… hay cosas buenas y cosas malas. Las mujeres, por ejemplo. Así como no todas las viejas buenas son danesas, no todas las danesas están buenas. Eso sí, si usted se topa con una buena (que indiscutiblemente son la mayoría), en la calle o en donde sea, muy seguramente ella sabe que está buena (porque es mujer y como toda mujer, su primera pregunta consciente -que hasta hoy le debe taladrar el cerebro- debió versar acerca de todo lo que la diferenciaba de las demás mujeres)… por lo tanto ella esperará a que usted tome la iniciativa. Rompamos el mito: las danesas no están ávidas de amor y de sexo las 24 horas del día ni actúan como las indias amazonas para explotar la capacidad reproductiva de los sementales (daneses, latinos, musulmanes, etc.) que las rodean. Como las demás mujeres, tienen una predisposición casi fisiológica a esperar… como la flor por el polen… o la tierra por la semilla…estoy verificando si luego de ello actúan como una monumental e insaciable planta carnívora o como una tierna e inocente margarita.
6.) Todos los que han salido, o quieren salir del país, generalmente quieren liberarse o “escapar” de algo… escapar de la inseguridad de las calles, de la mediocre educación, del desempleo, de la pobreza, del aburrimiento, de la familia, de su lengua materna, etc. Pero, amigos míos, déjenme darles una muy, pero muy mala noticia… hay algo de lo que NUNCA podrán escapar por más lejos que viajen: El Reggeatton (o Reguetón –no sé cómo se escribe-). Este ritmo parece invadirlo todo como un cáncer… ya ha invadido a Copenhague y sigue su indestructible camino de mal gusto y chabacanería caribeña. Se escuchan los gemidos de los intérpretes en casi todos los bares (excepto pubs) y los “night club” de la ciudad. Alguna vez le escuché a alguien decir que esa música era un derivado del Reggae (o Regué…de allí su nombre)… para mí no es mas que ese hijo deforme de leyenda que exhibe en los circos sus mutaciones. O, ¿cómo más se explica uno que legendarios temas (p. ej. de Bob Marley) como “No woman no cry” o “Is this love” sean la principal influencia de esos populares temas como “Dame más gasolina” o “Metélo, papi, metélo”? Lo más ridículo de todo es que, para asegurarse que sus “sensuales” letras sean entendidas en UN SOLO SENTIDO y no en varios, esta música va acompañada de unos “coros” (¿?) en los que, al parecer, está gimiendo una mujer… pero por su alto volumen pareciera que en el bar hay un chimpancé atrapado en los baños (de mujeres) viendo a las inocentes usuarias que entran y salen.
7.) Buscar vínculos con nuestra cultura latina o colombiana no es tan difícil en el extranjero. Con un poco de paciencia y estrategia se puede encontrar algo de comida o diversión. Por ejemplo, las discotecas o bares. Las excelentes actuaciones de Al Pacino en “Scarface” o en “Carlito`s Way” (donde vemos algo del fenómeno de los primeros latinos inmigrantes en USA) se quedan cortas frente a la realidad de estos tiempos y lugares. Primero, porque acá algunos latinos que van a los bares donde se toca “salsa” (si… también reguetón) DE VERDAD tienen la cara cortada (no me pregunten porqué) y han logrado serias innovaciones en cuanto a joyería masculina que haría ver como un pordiosero a nuestro Zar de las esmeraldas, Víctor Carranza; segundo porque los “afrolatinos” o negros parecen disfrazados de Daddy Yanqui (si… el cantante (¿?) de reguetón) y quieren actuar como ese sujeto; tercero, algunos latinos hablan un muy mal inglés y español… sobretodo peruanos y ecuatorianos, quienes con sus largas cabelleras y particulares vestimentas, parecen los clones del mismísimo Tupac Amaru (y es que todos se parecen entre sí)… con la diferencia que desarrollan sus luchas tribales en la pista de baile. Obviamente, también acuden a estos lugares algunos daneses, muchísimas danesas, latinos en viaje de vacaciones o de negocios, colombianos de diversos perfiles y con diferentes actividades, argentinos, venezolanos, cubanos, y advenedizos estudiantes venidos a más, como yo. Ambienten ese “sancocho” con salsa bien y mal bailada, más el popular reguetón, y tendrán como resultado un night club de salsa de los más populares y reconocidos en Copenhague. Esta es la globalización “de sur a norte”.

Quisiera hablar del estudio, pero estoy asimilando ciertos cambios: 1.) Un profesor no necesita vestir todos los días de saco y corbata para ganarse el respeto (de hecho mi profesor de Micro –PhD en Economia, Harvard- viste habitualmente jean y una suerte de sandalias); 2.) No hay que decirle “Doctor” (así haya hecho PhD, lo que sucede en las mayoría de los casos)… es suficiente con decirle “Professor” o, simplemente, llamarlo por su nombre; 3.) Cada tema que usted ve en clase tiene ejercicios de aplicación; 4.) Usted puede comunicarse con ellos por e-mail y casi el mismo día le resuelven la(s) duda(s) que sean luego de clase… y hay muchos más. Pero imagino que ya me paso de imprudente con este mail. Así que, de nuevo, espero haber hecho daño en sus indicadores de productividad diaria (no mayor al que les puede hacer el MSN o un café o una cerveza en medio de sus jornadas laborales o académicas) o bien espero haber compensado el daño con una sonrisa.

Un saludo,

CACF

2:00 PM  
Blogger Mr. Mustard said...

Es totalmente cierto, hay que estar muy seguro de dejar el pais antes de hacerlo, llevo ya unos buenos meses afuera y es verdad, la soledad no es como la pintan, y el MSN ni el blog sirven para desarrollar las capacidades comunicativas.
Mucha Suerte y estare al tanto para conocer mas hitorias.

6:42 PM  

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